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Matemática aplicada | SIngenio Blog Hace tiempo, un amigo me propuso meterme en un negocio muy lucrativo. Se trataba de una especie de juego en el que tenía que pagarle 100 pes...

✽ 14/12/07

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Matemática aplicada

Hace tiempo, un amigo me propuso meterme en un negocio muy lucrativo. Se trataba de una especie de juego en el que tenía que pagarle 100 pesetas (0,60€) por una tarjeta que contenía unas instrucciones y una relación con 10 números de cuenta. La tarjeta indicaba que tenía que hacer además, una transferencia de 100 ptas. a la primera cuenta y otras 100 al proveedor de las tarjetas.

Tras cumplir con los pagos, a vuelta de correo recibiría tres tarjetas nuevas en las que todas las cuentas habían subido un puesto, eliminándose por tanto la que hasta entonces estaba primera y con la mía en último lugar.

Sólo tenía que vender otras tres tarjetas y recuperaba mi inversión. A partir de ahí, había que esperar a que mi cuenta figurara la primera en ¡59.049 listas!, con lo cual recibiría otras tantas transferencias de 100 pesetas, percibiendo un total de 5.904.900 pesetas (más de 35.000€). Vamos, lo que se denomina comúnmente un chollazo.

La verdad es que no acepté participar y mi amigo me lo restregó por las narices en cuando comenzó a recibir transferencias en su cuenta. El único problema es que sólo recibió esos primeros ingresos: unas 400 pesetas.



Una pequeña cuenta nos hace ver, que cuando llega mi turno, 59.049 personas tienen una lista en la que estoy el primero y otras 29.000 ya han tenido una en la que estaba último, penúltimo, etc… En total unas 88.000 personas han “comprado” en algún momento una tarjeta y ya están en alguna lista.

…y eso suponiendo que mi amigo estuviera en el lanzamiento de la idea. Si por ejemplo estaba en la sexta generación tras el inicio, mi turno llegaría cuando hubiera pasado por más de 60 millones de personas ¡mucho más que toda la población española!.

Varios años después, un compañero de trabajo quiso meterme en algo muy similar. Tenía pequeñas variantes, un coste más elevado (30€) y una denominación más comercial: Círculo de Oro. Aquí, la presión social fue muy grande, porque el que participaba, se hacía cansino en extremo para poder recuperar su inversión. En esta ocasión la cantidad de pasta pagada era muy significativa.

Esta ocasion sí que conocí a unos pocos que se llevaron un buen pico, pero claro está que fueron sólo muy pocos. Seguramente los primeros en empezar con el tema en la ciudad.

¿Os suena la venta piramidal? Tiene el mismo fundamento.

En fin, creo que esto, como otras muchas cosas, tiene un carácter cíclico y por el tiempo transcurrido, debe estar a punto de tocar. Así que ya estáis prevenidos.

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